Lo que está ocurriendo en TORRE PACHECO es una vergüenza

Y digo que es una vergüenza por no decir algo más fuerte y ofensivo para los malditos racistas que están llenando las calles de este precioso y próspero pueblo murciano del odio y la violencia de la que son maestros.

Me he decidido a efectuar este comentario a la vista de que los altercados no cesan y las fuerzas de orden público, al menos hasta el domingo pasado, estaban actuando con manos de algodón.

Cada día, viendo los noticieros de las diferentes cadenas de TV, oigo a los comentaristas decir: “ya hay un detenido”. Y yo me digo: ¿uno solo?, cuando son muchísimos los desalmados que están causando destrozos y daños en los vehículos y en las propiedades de los ciudadanos pachequeros.

El racismo tiene una difícil cura

Efectivamente. Y bien lo sabemos los gitanos que hemos padecido –y seguimos padeciendo– las consecuencias de quienes piensan y dicen que todos los gitanos somos seres despreciables que rechazamos la convivencia en paz con los ciudadanos “gachés” (no gitanos) con quienes convivimos desde hace siglos.

Los sucesos de Torre Pacheco merecen un análisis detenido muy fácil de realizar. Un miserable agresor –me da igual que sea magrebí o español– ha lesionado gravemente a un anciano de 70 años. Y la respuesta ha sido culpar a todos los ciudadanos extranjeros que viven y trabajan desde hace decenas de años en los campos de Torre Pacheco. La Asociación Marroquí para la Integración de los Inmigrantes ha recordado que “en los últimos días, decenas de vecinos de origen marroquí están siendo “acosados, amenazados e incluso agredidos en plena calle, mientras sus familias viven encerradas en sus casas por miedo”.

Tengo entendido, en el momento en que escribo estas líneas, que el agresor ha sido detenido cuando intentaba cruzar la frontera para huir a Francia. ¡Basta ya de manifestaciones y violencia! Este es el momento de la Justicia. Justicia para lograr la pacificación de los ciudadanos de Torre Pacheco. Justicia para que los marroquíes que trabajan de sol a sol en los fértiles campos murcianos no se vean señalados como cómplices o culpables de los delincuentes. Porque, al final, siempre pasa lo mismo: cuando algún gitano o gitana es autor de algún delito, los culpables somos todos los gitanos. La sociedad mayoritaria debe saber que solo el autor, o los autores, del delito es quien debe pagar su mala acción, no el conjunto de sus hermanos o conciudadanos del mismo origen cultural.

Y una vez más, los medios de comunicación tenemos la llave

La policía debe ser contundente. Ellos son los que tienen las armas, los escudos, las porras y los grilletes. A los racistas ni agua, sean del color que sean y de la cultura de la que provengan. De lo contrario lo que está sucediendo en Torre Pacheco, mañana puede suceder en cualquier lugar de España donde la variedad cultural debe ser entendida como un aspecto enriquecedor de nuestra común condición de europeos y españoles.

Desde la Asociación Marroquí han llegado a una alarmante conclusión: “este clima de terror no surge de la nada: es el resultado directo de años de normalización de discursos de odio, bulos y mensajes políticos irresponsables que han señalado a toda una comunidad como delincuente por su origen o religión”.

Lo que empieza con insultos y mentiras en redes sociales termina con agresiones físicas, amenazas y familias aterrorizadas. Torre Pacheco hoy es el espejo de lo que pasa cuando se tolera y blanquea el racismo”.

Juan de Dios Ramírez-Heredia

Abogado y Periodista

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