Garre anima a los vecinos de Torre Pacheco a vivir con alegría y devoción a la Virgen del Rosario las fiestas patronales

El presidente de la Comunidad pronuncia el pregón de las fiestas atronales en honor a la Virgen del Rosario, en el que evoca sus recuerdos infantiles de cómo se celebraban entonces los festejos

Recuerda que "son más de cuatro siglos" los que ha vivido el municipio "bajo la protección de nuestra Patrona, que se ha ganado con creces que la festejemos"

Asegura que "este año disfruto las fiestas de un modo especial, diferente y emotivo, pues a mi condición de pachequero he de unir el orgullo de haber sido designado pregonero"

El presidente de la Comunidad, Alberto Garre, pronunció hoy en Torre Pacheco el pregón de las Fiestas Patronales de la localidad en honor a la Virgen del Rosario, en el que recordó a los presentes que "son más de cuatro siglos" los que ha vivido el municipio "bajo la protección de nuestra Patrona, que se ha ganado con creces que la festejemos".

Al inicio del acto, celebrado en la plaza del Ayuntamiento de la localidad, el jefe del Ejecutivo regional afirmó que "suelen comenzar los pregoneros, normalmente foráneos, tratando de identificarse con el pueblo donde pregonan o aludiendo a su amistad con sus gentes". "No es mi caso", añadió, "no tengo que identificarme con el pueblo, soy de este pueblo, ni aludir a éste o aquel amigo; todos lo sois y por tales os tengo".

En ese sentido, aseguró que "este año vivo las fiestas de un modo especial, diferente y emotivo, pues a mi condición de pachequero he de unir el orgullo de haber sido designado pregonero, altavoz del municipio, de la Villa, de Roldán, Balsicas, Dolores, San Cayetano, El Jimenado, Los Meroños, Hoyamorena, Santa Rosalía, Hortichuela o El Albardinal",

"Los pueblos", destacó, "imprimen carácter a las personas, de tal forma que siguen al individuo allí donde va, como la sombra al cuerpo". "Yo os puedo asegurar", añadió, "que me siento pachequero, que estoy orgulloso de serlo, de haber nacido en este municipio, de haberme realizado profesional y vocacionalmente, como abogado y político, en esta villa, donde crecieron mis hijos y se forjó una gran madre, mi mujer".

Alberto Garre comenzó su intervención con un breve recorrido por los orígenes y la historia de Torre Pacheco, desde "los primeros habitantes pobladores del Cabezo Gordo, que en una de sus simas dejaron vestigios que hacen alucinar hoy al profesor Walker" hasta "aquellos cristianos que repoblaron nuestras tierras tras la Reconquista" y "los paisanos de Pero Pacheco, a finales del siglo XV, que habitaban en los escasos caseríos."

"Pero entonces y desde entonces", apuntó, "los pachequeros se acercaban a la ermita que presidía la localidad implorando la protección de la Virgen para pedir, como hoy, agua con la que regar sus campos, salud para sus familias y rebaños, y seguridad ante los ataques de los berberiscos procedentes del Norte de África".

Recuerdos infantiles

A continuación, el jefe del Ejecutivo regional rememoró cómo eran aquellas fiestas que se celebraban en Torre Pacheco durante su infancia, con una mención especial a todas y cada una de las personas presentes en aquellos recuerdos infantiles, remarcando igualmente las diferencias con los actuales festejos.

"Es la historia que entonces muy jóvenes percibíamos por medio de los sentidos: la vista, el olfato, el oído, y hasta los latidos de los corazones de pachequeros, contemplados por un joven de Balsicas", señaló.

"Los acontecimientos percibidos por el pregonero que, como late el corazón de cada uno de nosotros para indicarnos que estamos vivos, me decían entonces que el pueblo también latía, que estaba vivo, que quería prosperar, como ha sido, día tras día, mes tras mes, año tras año con la mirada puesta en octubre para honra de nuestra Virgen del Rosario y júbilo de nuestros vecinos y visitantes", reiteró.

El presidente Garre tuvo también palabras para quienes cada año acuden de fuera a Torre Pacheco para sumarse a estas celebraciones, a los que deseó que "se diviertan y gocen con nuestros programas festeros", y que "lo hagan sanamente, como sana es nuestra juventud".

A los allí reunidos, les recordó que "se puede morir en cualquier sitio, pero sólo se nace en uno, y en esta tierra quisiera terminar si la Virgen del Rosario, la Patrona a la que honramos, no me hace una faena".

Tras la lectura del pregón, el acto concluyó con la coronación de la Reina y Damas de Honor de las fiestas.

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